Trabajo creativo

«Es una campaña muy bonita y muy artística, que transmite muy bien lo que queríamos demostrar», dice Tostado. Es un formato muy visual para captar la atención de las personas de todas las edades, pero teniendo en cuenta esa necesidad imperante de contribuyentes más jóvenes en la Cocina Económica.

Los carteles pueden encontrarse en sitios muy visibles para alcanzar el objetivo de llegar a más ciudadanos. Ocho marquesinas mostrarán los anuncios en la calle del Sol, en Esteiro, en la avenida de Vigo, en la carretera de Castilla y delante del hospital Arquitecto Marcide, entre otros puntos. También se pueden ver ya los carteles en los buses urbanos de Ferrol, que cedieron gratuitamente su espacio para esta iniciativa solidaria.

La campaña, que no tuvo ningún coste para la Cocina Económica, se basa en las fotografías de tres platos distintos que tienen grabadas imágenes de diferentes personas. Pretenden dar a entender que ninguna vida es imposible de recomponerse. Como explica Tostado, «los dos creativos tienen mucha trayectoria y han sabido captar el núcleo de nuestro trabajo, que no es solo dar de comer, sino mantener abierto un comedor de manera presencial para que las personas con pocos recursos puedan estar en contacto con gente con problemas similares y con los voluntarios».

Atención presencial

El servicio altruista que presta esta entidad benéfica ferrolana estuvo siempre enfocado en las personas más vulnerables, aquellos que no disponen de un núcleo familiar u hogar y sufren el riesgo de quedarse solos. Ante esto, surge inevitablemente la duda de cómo se organizó el comedor a lo largo de la situación de emergencia sanitaria que se desencadenó el pasado año. «A raíz de la pandemia del covid más personas necesitaron que les echasen una mano, pero para que no hubiera una masificación intentamos distribuir las ayudas de otra manera y procurar que las personas que sí tienen hogar y familia a la que recurrir pudiesen pedir vales canjeables por alimentos, por ejemplo». El aforo del comedor es reducido y no prevén mucho cambio hasta el año que viene.

El presidente de la Cocina Económica insiste en el mal que supone la soledad en nuestra sociedad actual, pero lanza un mensaje de esperanza. «Ninguna vida se rompe del todo, siempre se puede recomponer y eso quisimos mostrar a Ferrol. Es posible la recuperación de estas personas, queremos ser el freno a la desestructuración que les suponen la soledad y la pobreza», incide Tostado.